When I was four, I wrote my first two stories in English. They were filled with murder, mayhem, and mystery. If I had written the same stories as a four-year-old in contemporary neurotic America, I would undoubtedly been sent to the proverbial workhouse churning out shoes for Nike while completing word-association tests.
This past week, sixty-three years later, I wrote my first story in Spanish. There are no dead Dr. Bunnies or cake rabbits brought to life and attacked by rats.
But there is a princess, two princes, and a scheming Bulgarian princess posing as a cook. All of that gets squeezed through an Hispanic sieve and seasoned with what some of you might remember as Fractured Fairy Tales.
The story started out as a group project for my Spanish class. Somewhere along the way, I tale-jacked it.
I apologize to those of you who do not read Spanish -- and that would have been me a mere few moths ago. But, it would not make much sense for me to translate what was an accomplishment in Spanish.
Enjoy.
Rosa Maria de
las Torres, princesa de la España
Había una vez una princesa quien se llamaba Rosa Maria
de las Torres. Rosita vivía en un castillo en Italia. Pero ella no era italiana;
ella era española.
El castillo estaba situado en el fondo de un bosque. Ella vivía con su esposo quien era el príncipe Santiago de Italia. Rosa no estaba feliz con Santiago porque él nunca le hacía caso. Él solo daba atención a la cocinera, Olga.
Rosita vivía una vida dolorosa.
Un día el príncipe Juan Carlos de Granada vino a visitar su primo Santiago por un mes cuando Rosita teniá 25 años. (Rosita se casó con Santiago a los 13 años.)
Al ver a Juan Carlos, Rosita se puso superfeliz porque él era muy guapo. Juan Carlos, al contrario, estuvo indiferente al conocer a Rosita. Pero a Rosita no le importaba eso porque ella tenía un plan. Ella tenía que hacer algo.
Rosita fue a la cocina y puso veneno en la comida de Santiago y la de Olga. (Se me olvidó de decirte: Olga era realmente una princesa de Búlgara, que trabajaba como cocinera.) Pero, Olga vio lo que había hecho Rosita.Durante la cena, Rosita miraba Santiago y Olga mientras comían – hasta que se cayó muerta. (Olga había cambiado la comida.)
Al ver Rosita morir, Juan Carlos decidió que Santiago y Olga eran una pareja divertida.
Asi que, los tres volaron a la Habana en el Concorde y rentaron una casa juntos. Los tres vivieron felices para siempre – hasta que fueron asesinados en un rebelión de esclavos.
Nadie nunca más habló de Rosa Maria de las Torres, princesa de España.
El castillo estaba situado en el fondo de un bosque. Ella vivía con su esposo quien era el príncipe Santiago de Italia. Rosa no estaba feliz con Santiago porque él nunca le hacía caso. Él solo daba atención a la cocinera, Olga.
Rosita vivía una vida dolorosa.
Un día el príncipe Juan Carlos de Granada vino a visitar su primo Santiago por un mes cuando Rosita teniá 25 años. (Rosita se casó con Santiago a los 13 años.)
Al ver a Juan Carlos, Rosita se puso superfeliz porque él era muy guapo. Juan Carlos, al contrario, estuvo indiferente al conocer a Rosita. Pero a Rosita no le importaba eso porque ella tenía un plan. Ella tenía que hacer algo.
Rosita fue a la cocina y puso veneno en la comida de Santiago y la de Olga. (Se me olvidó de decirte: Olga era realmente una princesa de Búlgara, que trabajaba como cocinera.) Pero, Olga vio lo que había hecho Rosita.Durante la cena, Rosita miraba Santiago y Olga mientras comían – hasta que se cayó muerta. (Olga había cambiado la comida.)
Al ver Rosita morir, Juan Carlos decidió que Santiago y Olga eran una pareja divertida.
Asi que, los tres volaron a la Habana en el Concorde y rentaron una casa juntos. Los tres vivieron felices para siempre – hasta que fueron asesinados en un rebelión de esclavos.
Nadie nunca más habló de Rosa Maria de las Torres, princesa de España.
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